- UNA NATURALEZA URBANA MUERTA.
El Miramar de Tarifa constituye lamentablemente una suerte de naturaleza urbana muerta. Estratigrafía de desacertadas decisiones superpuestas en el tiempo, resulta disfuncional, agotado, difícilmente accesible, y mantiene desactivadas las relaciones entre su amplio espacio y los significativos elementos patrimoniales, el lienzo de la muralla que cerraba la ciudad, con mirador y torreón, y de uso colectivo, Casa de la Juventud, que determinan la mayor parte de su perímetro. Tan solo sobrevive como reclamo, por su potencial inagotable, aunque como un diamante en bruto, sin pulir su contemplación, las imponentes vistas al mar, al Estrecho de Gibraltar, con África como telón de fondo.
- UN PODIO, HÁGASE EL ORDEN EN EL ESPACIO.
Se propone la transformación del Miramar en un podio de piedra, de mármol blanco.
Esta plataforma horizontal elevada, legible, rotunda, despejada y racional en lo constructivo, establece el orden en el espacio y facilita el libre movimiento, transformando la condición pasiva e inerte del lugar en activa y relacional.
En su contacto urbano se excavan y tallan escaleras y rampas con los que se dota de la adecuada accesibilidad al plano horizontal y, por extensión, a la Casa de la Juventud, que reclama un acceso apropiado en atención a su uso comunitario.
El lugar monumentalizado como estancia pública frente al mar, como no podía ser menos.
- UNOS MIRADORES, CONSTRÚYASE LA MIRADA Y SIGNIFÍQUESE EL PATRIMONIO.
Para construir las mejores miradas sobre el mar y para disfrutar de ellas en las mejores condiciones, con sombra y comodidad, se disponen, posados sobre el podio, miradores en los lugares de mejores vistas. Como elegir es a su vez descartar, estos lugares excluyen a los demás. Porque solo mirar bien es contemplar.
Se conforman estos miradores con estructuras ligeras y precisas de acero en color blanco para acentuar su liviandad. En su interior se disponen bancos de hormigón prefabricado blanco, en su contacto con el podio cuentan con una franja de luz que en la noche los subraya.
La disposición de los miradores sobre la plataforma disuelve el plano en una secuencia de espacios que permite visibilizar y significar individualmente, a la escala idónea, los elementos patrimoniales: el lienzo de la muralla, el mirador, el torreón y la Casa de la Juventud.
- MENOS ARQUITECTURA ES MÁS PROGRAMA
En definitiva, se propone una sencilla pero exacta intervención que, gracias al rigor de su geometría, los espacios que genera, la precisión de sus piezas y la claridad de su montaje, posibilita un máximo de programa con un mínimo de arquitectura.
Rehaciendo el espacio urbano desde el respeto a su traza histórica y al valor identitario de los elementos patrimoniales y de uso comunitario que lo determinan.
Siempre con el mar y África en el horizonte, más al alcance de la mano.
Localización: plaza del miramar, tarifa, Cádiz